En esta ocasión, hemos querido conocer a Ana Oliver para que nos explique su experiencia laboral y como voluntaria de la Fundación Salud y Comunidad (FSC). Ana es trabajadora social y lleva más de 25 años desarrollando su labor profesional en entidades del Tercer Sector. Actualmente, es voluntaria de los Programas de Mejora de la Economía Doméstica (PMED) y Acompañamiento para el Ejercicio de los Derechos Energéticos (AEDEs), que son complementarios al Servicio de Acompañamiento a Familias con Alquiler Social (SEAFAS) que FSC lleva a cabo en Alicante. Esta labor la lleva realizando desde el pasado 4 de octubre, si bien con anterioridad, formó parte del equipo profesional del proyecto Desde Casa Pilotem CV (itinerarios de inclusión para personas en situación de exclusión residencial).
– Ana, en tu caso se da la circunstancia de que has trabajado en la Fundación Salud y Comunidad, antes de pasar a ser voluntaria, ¿verdad?
Sí, como trabajadora social.
– ¿Cómo surgió la posibilidad de trabajar en FSC y en qué momento profesional te encontrabas?
Se dio en un momento en el que necesitaba un cambio laboral. Una amiga que trabaja en FSC me dijo que en la entidad estaban buscando una trabajadora social para un proyecto y no me lo pensé dos veces. Aun siendo consciente de que el trabajo era solo para 6 meses, me presenté como candidata a esta oferta laboral porque tenía la certeza de que FSC es una entidad en la que se trabaja bien y que cuenta con un buen equipo de profesionales, y así fue. Además, el proyecto me pareció muy interesante y motivador.
– Remontándonos a los inicios de tu desempeño profesional, ¿cómo fue la experiencia de incorporación al proyecto?
Lo más destacable es que el programa ya había comenzado unos meses atrás y, dado que los plazos de ejecución eran cortos, tuve que ponerme rápidamente al día, tanto en lo referente al programa, al perfil de las personas participantes y al funcionamiento de la entidad, lo cual durante las dos primeras semanas de trabajo fue realmente abrumador.
Sin embargo, tuve la suerte de trabajar con un equipo profesional maravilloso, en el que rápidamente encontré el apoyo de mis compañeros/as, y en especial, el de la coordinadora del proyecto, lo cual me facilitó mucho coger el ritmo y sentirme totalmente integrada.
– Después de esos inicios, ¿cómo fue transcurriendo tu actividad laboral?, ¿qué destacarías?
Considero que el trabajo que ha realizado el equipo de SEAFAS en Alicante hasta el momento ha sido de gran calidad. Algún error habremos cometido… Por supuesto, que no somos perfectas, pero trabajar con calidad también es eso, detectar los fallos y tomar las medidas para subsanarlos y que no se repitan.
Sobre todo, creo que lo mejor que hemos hecho durante este tiempo, ha sido facilitar a las personas que han participado en nuestro proyecto las herramientas necesarias para que dejen de necesitar nuestro apoyo.
– Tras tu experiencia laboral, decidiste continuar vinculada a la entidad como voluntaria. ¿Qué te hizo decantarte por ello?
(Ríe) Creo que los 6 meses del proyecto me supo a poco … Bueno, al margen ello, quería seguir trabajando y aprendiendo sobre exclusión residencial y me pareció que esta podía ser la forma de seguir vinculada a la fundación.
Además, en todos los años que llevo de profesión, nunca había realizado un trabajo así y me pareció una buena opción seguir tratando de facilitar la mejora económica y la inclusión social de las familias a la que se dirige el proyecto, a través del voluntariado. Algo que también me ha encantado.
– Haciendo una comparativa entre en el trabajo en FSC y tu actividad como voluntaria, ¿qué destacarías?
En el caso del trabajo, valoro muchas cosas, la calidad del trabajo es impecable. También la calidad profesional y humana del equipo, que es maravillosa, pero si algo me sorprendió gratamente, son los medios que la entidad te ofrece para poder desarrollar el trabajo, valoro el hecho de disponer de un teléfono, equipos y programas informáticos, instalaciones y un puesto de trabajo con todas las medidas de prevención de riesgos laborales, soporte informático accesible y rápido, etc.
Pueden parecer cosas normales, si bien desde mi experiencia de más de 25 años trabajando en entidades del Tercer Sector, esto no se da en todos los sitios. También, quiero destacar algo que para mí es muy importante, y es el equilibrio que hay entre la autonomía que se le da al profesional para desarrollar los proyectos y el acompañamiento, seguimiento y supervisión constante que se realiza por parte de la coordinación/dirección, lo que permite poder ir tomando decisiones de forma rápida y ágil.
En cuanto al voluntariado, destaco el hecho de tener la oportunidad de seguir aprendiendo cosas nuevas y, al mismo tiempo, poder aportar mi experiencia personal y profesional desde una perspectiva diferente. También, aprecio mucho cómo se cuida al voluntariado. Me cuidan y miman mucho, la verdad.
– Para finalizar la entrevista, ¿quieres destacar alguna otra cosa?
Sí, decir que hasta ahora ha habido muchos momentos inolvidables, si bien, sin lugar a dudas, el más bonito y emotivo de todos fue cuando un participante del proyecto, que presentaba un alto grado de dificultad para su inserción, nos mandó una nota de voz, dándonos las gracias por haberle ayudado a encontrar un trabajo y para decirnos lo feliz que se sentía. Son esos momentos que se te quedan grabados en la mente para siempre…
Podría decir también que hasta el fin del proyecto fue bonito, ya que los y las participantes se presentaron por sorpresa en la oficina y nos trajeron unas tarjetas escritas por cada uno de ellos y una foto de todo el grupo de recuerdo. Fue un regalo asombroso, como el trabajo que hace FSC en Alicante.
El Programa IMVOL – Impulso del Voluntariado de la FSC de la Comunitat Valenciana es posible gracias al apoyo de la Vicepresidencia y Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana a través de la convocatoria de subvenciones para proyectos y actividades de promoción y fomento del voluntariado.
Contáctanos si quieres colaborar con la FSC: www.fsyc.org/voluntariado