Inserción Social y Empleo

FSC emprende un proyecto de formación y empleo dirigido a jóvenes migrantes próximos a la emancipación con cargo al 0,7% del IRPF

Con este programa, la Fundación Salud y Comunidad (FSC) pretende dotar a los jóvenes migrantes que participan en el mismo de dos herramientas básicas, de cara a la vida autónoma: formación y empleo. El proyecto tiene como beneficiarios a 10 adolescentes (principalmente de origen magrebí y argelino), con edades que rondan la mayoría de edad. En esta ocasión, hemos entrevistado a Javier Piera, coordinador de la formación de este proyecto y educador en la Residencia del Proyecto Migratorio “El Castell”, dirigida y gestionada por nuestra entidad en Altea (Alicante), para que nos acerque la realidad de este proyecto.

¿En qué consiste el proyecto del 0,7 que desarrolláis en Altea?

Este programa nos lo ha concedido la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas de la Generalitat Valenciana. Está enmarcado en una serie de ayudas dirigidas a la realización de programas de interés general para atender fines sociales, con cargo a la asignación tributaria en la Comunidad Valenciana del 0,7% del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. En términos más concretos, esta ayuda se utiliza para crear un programa que ayude a los jóvenes, de cara a una inminente emancipación, en acciones de formación y dotación de recursos que les sirva de paso a la vida adulta.

¿Cuál es el objetivo fundamental del programa?

El objetivo de este proyecto, denominado “curso de emancipación” en los centros que dirige y gestiona la Fundación Salud y Comunidad, es fomentar la adquisición de habilidades sociales; ampliar conocimientos y competencias para la búsqueda activa de empleo a través de la formación; promover las relaciones con el entorno, así como dar a conocer la realidad del colectivo, contemplando también acciones de sensibilización social.

Además, según tengo entendido, estos jóvenes residen en servicios dirigidos y gestionados por nuestra entidad en Altea…

Así es, estos chicos proceden de centros gestionados por FSC en esta localidad. Se trata de la Residencia del Proyecto Migratorio “El Castell” (en la cual trabajo como educador desde su apertura en 2017), Residencia del Proyecto Migratorio “El Verdader 2” y del Centro de Acogida de Menores de Altea.

Centrándonos en la formación, ¿en qué consiste concretamente?, ¿qué tipo de talleres y actividades se contemplan en el marco de este proyecto?

Se realizan talleres y actividades relacionadas con la economía doméstica, tramitación de documentación (tarjeta sanitaria, tarjeta bancaria, gestiones con el Servicio Valenciano de Empleo y Formación, renovación de permisos y pasaporte, etc.), así como talleres de cocina, compras, gestiones en ayuntamientos, centros de salud, bibliotecas, actualización de currículums y cartas de presentación, búsqueda activa de empleo, participación ciudadana para extranjeros/as, relaciones sociales… Esto sería lo más significativo.

Complementariamente, trabajamos aspectos de la motivación y capacidades personales, a través de la realización de talleres de superación personal, lecturas y/o proyecciones de películas y documentales, donde se crean interesantes debates y se aportan ideas, se comparte inquietudes, etc.

¿Qué periodicidad temporal tienen estos talleres?

Los talleres se realizan dos veces por semana, utilizando instalaciones de la localidad (biblioteca y centro juvenil), al tiempo que buscamos espacios en los que podamos realizarlos de forma temporal, según posibilidades o temática a tratar.

Destacar, además, en relación a estos encuentros semanales, que sirven también para fomentar vínculos, apego y compromiso necesarios para alimentar, especialmente, la motivación y las capacidades individuales de estos jóvenes. Me gusta mucho la consideración al trabajo del apego, la resiliencia y la motivación, clave para la asistencia al curso. Además de ser nuestra filosofía o ideal de trabajo.

Por otra parte, señalar que algunos talleres se desarrollan a pie de calle (gestiones en bancos, ayuntamiento, etc.). Además, el grupo de jóvenes de la Residencia del Proyecto Migratorio “El Castell”, dirigida por la Fundación Salud y Comunidad, también acude dos veces por semana a un huerto social de la localidad, gestionado por Cruz Roja Altea, donde se realizan trabajo de jardinería (siembra, instalación de sistemas de riego, etc.), en el cual realizo labores de voluntariado.

¿Qué papel dirías que desempeña esta última actividad a la que te refieres?

Este recurso considero que tiene una gran importancia, de cara a la imagen social de los chicos migrantes, ya que nos sirve como escaparate para transmitir trabajo, compromiso e interacción con usuarios residentes de la localidad. Además, puede ofrecer un abanico de posibilidades, de cara a futuros trabajos, relacionados con épocas de recolecta de frutales y tareas de mantenimiento en la localidad y el entorno.

¿Cuántos adolescentes participan en el proyecto y cuáles dirías que son sus características fundamentales?

El proyecto está diseñado para un grupo de 10 adolescentes (principalmente, de origen magrebí y argelino), con una edad que ronda la mayoría de edad y próximos al inicio de la vida autónoma. Su situación, dentro de la inminente condición de “jóvenes extutelados”, es ya de por sí difícil, dado su condición de vulnerabilidad.

En cuanto a la procedencia de los menores que participan en el proyecto, 4 son de “El Castell”, 4 de “El Verdader 2” y 2 del Centro de Acogida de Menores de Altea, servicios todos ellos dirigidos y gestionados por FSC.

¿Cuál es la tarea concreta del equipo profesional en este proyecto?

El trabajo se centra en el acompañamiento de estos jóvenes, así como en la intervención socioeducativa, fundamental para ampliar las redes sociales y promover así la integración, garantizando un itinerario básico, y que sirva de puente a la vida adulta.

Para finalizar esta entrevista, ¿te gustaría aportar algún otro comentario?

Sí, a modo de conclusión señalar que este es un proyecto embrionario que es la punta del iceberg de un programa más ambicioso del que, en breve, todos los profesionales de la entidad en este ámbito, unos 300, van a recibir formación, tanto a nivel del marco teórico de intervención como de las herramientas a emplear.

También, quiero aprovechar para agradecer el apoyo del Ayuntamiento de Altea y de la comunidad alteana en general, a este proyecto.

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