- Se le dió un tratamiento agresivo de retrovirales a las 30 horas de vida
- A los 18 meses, los virus del bebé eran ya indetectables
- Cinco meses después las pruebas daban resultado negativo
El bebé es una niña nacida en el Mississippi rural a finales de 2010. Ahora tiene dos años y medio. Ha estado sin tomar medicamentos durante el último año y no ha registrado señales de un virus activo, según ha indicado al diario estadounidense la investigadora del Centro de niños Johns Hopkins en Baltimore (Maryland), Deborah Persaud.
La principal autora del estudio anticipa que este caso cambiará la forma de tratamiento de los recién nacidos y las madres infectadas en todo el mundo.
Aunque aún se necesitan más pruebas para comprobar si el mismo tratamiento funciona en otros niños, si la comunidad médica valida el estudio sería segundo caso documentado de una cura de VIH en el mundo.
El primero es el conocido como el «paciente de Berlín«, Timothy Brown, que supuestamente se curó tras recibir en 2007 un trasplante de médula ósea de un donante genéticamente resistente a la infección con VIH. «Para los pediatras, éste puede ser nuestro Timothy Brown», ha explicado Persaud.
La madre de la niña dio a luz prematuramente, sin haber visitado a un doctor durante su embarazo y sin saber que estaba infectada. Cuando los médicos comprobaron que estaba infectada de VIH, trasladaron al bebé al Centro Médico de la Universidad de Mississippi, dónde llegó con unas 30 horas de vida.
Los primeros análisis revelaron un nivel de virus de unas 20.000 copias por mililitro, considerado bajo para un bebé, pero el hecho de que diera positivo sugiere que la infección se produjo en el vientre de la madre y no durante el parto, según la pediatra Hannah Gay, que trató a la niña.
Algunos doctores consultados por el diario expresaron sus dudas de que el bebé estuviera realmente infectado, algo que Persaud ha descartado al asegurar que hubo cinco pruebas que dieron positivo.
En lugar de seguir la costumbre médica de administrar dos medicamentos como medida profiláctica, Gay empleó de inmediato un régimen de tres medicamentos, lo que provocó que los niveles de virus disminuyeran rápidamente.
Cuando la niña tenía un mes, los niveles de virus ya eran indetectables, y siguieron así hasta que tenía 18, cuando la madre dejó de llevarla al hospital. Cinco meses después, madre e hija regresaron y Gay ordenó más pruebas. «Para mi sorpresa, todas las pruebas seguían dando negativas«, ha afirmado.
Gay contactó entonces con Persaud y otros investigadores que llevaban a cabo un estudio clínico sobre el tema. Tras una batería de pruebas, solo encontraron diminutas muestras de material genético viral, pero ningún virus latente o capaz de replicarse.
Fuente: RTVE
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