Las mujeres ya no tendrán que elegir entre ‘mademoiselle’ y ‘madame’ (señora).
A partir de ahora, las mujeres francesas ya no deberían tener que elegir entre mademoiselle y madame a la hora de rellenar un formulario público. El Gobierno ha enviado esta semana una circular a las administraciones locales en la que pide que se elimine la casilla mademoiselle, es decir, «señorita», al considerar que el equivalente de “señor” es “señora”, independiente de su estado matrimonial. El uso del distintivo tampoco se podrá utilizar en las correspondencias por correo. Las asociaciones feministas llevaban tiempo reclamando el fin de lo que consideran una práctica discriminatoria y ahora esperan que la medida se extienda también a las empresas privadas.
El texto, difundido este martes por el primer ministro François Fillon y dirigido a las administraciones locales, recuerda que la diferenciación entre señora y señorita no supone “un elemento del estado civil de las interesadas” y que dicha alternativa en el caso únicamente de las mujeres no es requerida por “ninguna disposición legislativa o reglamentaria”. Aclara así que señora será tomado como el “equivalente de ‘señor’ para los hombres, que no prejuzgada del estatuto matrimonial de estos” y anula también la fórmula “nombre de casado” o “de casada” –en Francia las mujeres suelen tomar el apellido de su marido- y lo remplaza por “nombre de uso”.
Hace tiempo que las organizaciones feministas venían reclamando este cambio. En septiembre del año pasado, dos de ellas, Osez le féminisme! y Les chiennes de garde lanzaron una gran campaña para la supresión de esta casilla que denuncian como “una seña del sexismo ordinario que perdura en nuestras sociedades”. La ministra de Solidaridad, Roselyne Bachelot, encargada de los derechos de las mujeres, se sumó al movimiento al estimar que la práctica suponía una “intrusión a la vida privada”. Las dos organizaciones han aplaudido la iniciativa del primer ministro, aunque piden “resultados concretos”, e invitan ahora a “las empresas y organismo privados que sigan el movimiento”.
Lo cierto es que no es la primera vez que el Gobierno pide la eliminación del polémico distintivo. Dos circulares, que se remontan a 1967 y a 1974, recordaban ya que “el empleo de una u otra fórmula no constituye de ninguna forma uno de los elementos del estado civil de las interesas”. Pese a todo, la casilla señorita sigue siendo habitual, tanto en la administración pública como a la hora de comprar un billete de tren u otras transacciones comerciales.
Hay al menos un lugar en el que definitivamente la fórmula de mademoiselle pasará a la historia. Se trata del ayuntamiento de Fontenay-sous-bois, en las afueras de París, donde la municipalidad comunista no ha esperada la llamada de atención del Gobierno y anunció la semana pasada la eliminación de la controvertida casilla.
Fuente: El País