En pocos meses hemos vivido polémicas varias en Bilbao, Zaragoza y también en Barcelona, sobre la prevención de drogas y cómo conseguir que sobre todo los más jóvenes no tengan problemas con ellas.
Desgraciadamente, estas críticas no han venido de profesionales o científicos que alertan sobre qué acciones se deben hacer o no para conseguir tal objetivo. Incluso me atrevería a decir que las críticas tampoco iban dirigidas directamente a estas formas de actuar y de prevenir. Estas críticas tienen el origen en partidos políticos que desean desgastar y criticar a otros partidos políticos, sin tener en cuenta que su propio partido financia estas mismas estrategias preventivas en otras ciudades o provincias.
De discursos sobre drogas hay muchos y muy diversos, y seguramente casi todos tienen sentido, porque es tan importante lo que se dice como a quién se dirige. Perfectamente puedo ser defensor de la abstinencia si la dirijo a mujeres embarazadas, a conductores o a chavales que aún les queda lejos eso de consumir, pero tan acertado es reforzar la abstinencia en algunos como intentar reducir los riesgos o daños en otros. Hay personas que aunque tengan un consumo dañino no tienen intención de abandonarlo o no están en un momento de la vida para dejar aquello que él o ella considera la gasolina que cada día les hace funcionar.
¿Entonces a los consumidores solo les podemos ofrecer la abstinencia? ¿Tendremos que esperar a que estén realmente mal para poder intervenir?
Tal vez podamos conseguir muchas cosas sin tener que llegar a los problemas graves y poder actuar con esos consumidores, sean de alcohol, cannabis o cocaína.
Las campañas desarrolladas en Bilbao, Zaragoza o Barcelona bien dirigidas a quienes tienen que llegar, son campañas que han demostrado su eficacia siempre y cuando no se escapen de esta población consumidora a la que va destinada. Y es ahí donde los medios de comunicación caen en la trampa, es ahí donde pueden hacer daño a estas actuaciones.
Los medios dando altavoz a riñas entre partidos, inconscientemente, transmiten mensajes inadecuados sobre drogas a quienes no consumen o no se lo han planteado jamás. La noticia no tendría que centrarse en las acciones preventivas sobre las drogas, la noticia tendría que ser: “Los partidos se pelean, una vez más”. Aunque esto último, desgraciadamente, ya no es noticia.
Otger Amatller Gutierrez
Coordinador de Proyectos de Prevención de la Fundación Salud y Comunidad