Recientemente la Fundación Salud y Comunidad (FSC) ha iniciado en Cataluña el proyecto “Metzineres: Entornos de Cobijo para Mujeres que Usan Drogas Sobreviviendo a Violencia”. Esta iniciativa del Área de Adicciones, Género y Familias se propone ofrecer acompañamiento a mujeres que usan drogas sobreviviendo a violencias, situándolas en el centro de sus procesos de recuperación, fomentando su autonomía, así como la mejora de su salud física, emocional y mental.
El proyecto Metzineres se propone a partir de un planteamiento holístico e individualizado y cuenta con el apoyo de la Obra Social “la Caixa”, así como del Departamento de Trabajo, Bienestar Social y Familia de la Generalitat de Cataluña y de otras entidades como el Institut Català de les Dones (ICD) y Barcelona Activa.
El programa da cabida a todas las mujeres que cumplan los criterios de inclusión, sea cual sea su momento en la trayectoria de consumo y su relación con contextos de violencia, adaptando las respuestas a sus respectivos intereses y expectativas.
El trabajo se desarrolla a partir de un modelo de intervención innovador, dirigido a evitar la cronificación de las situaciones de exclusión, ofreciendo a estas mujeres respuestas creativas y flexibles a los vacíos institucionales a los que tienen que hacer frente. En este sentido, el proyecto trata de incidir en las causas estructurales de exclusión de estas mujeres y minimizar las barreras de acceso a los servicios normalizados de atención sociosanitaria.
Cabe señalar que las mujeres que usan drogas sobreviviendo a violencias encuentran grandes obstáculos en el acceso y vinculación a la Red de Atención y Recuperación integral a las mujeres que sufren violencia machista, así como a la Red de Atención a las Drogodependencias.
Es por ello que entre los objetivos del proyecto se encuentra ampliar, a través de su propuesta específica, la oferta de recursos y servicios de calidad de las diferentes redes de atención. El programa se plantea la derivación de usuarias por parte de los servicios de atención sociosanitaria, atendiendo a las características específicas de las mujeres a las que va dirigido el programa.
Metzineres procura llegar a poblaciones particulares que pueden tener múltiples, simultáneas e interconectadas posiciones sociales. Sin pretender hacer un listado exhaustivo ni excluyente: mujeres jóvenes o mayores, recién llegadas, con poco o nulo apoyo familiar y social, situaciones de sinhogarismo que se identifican como LGTBIQ (Lesbianas, Gais, Transexuales, Bisexuales, Intersexual o Queer), que ejercen o han ejercido sexo por supervivencia, con experiencias de encarcelamiento y circunstancias delicadas de salud física o mental, diversidad funcional, entre otras.
Se reconoce a las mujeres que usan drogas sobreviviendo a violencias como interlocutoras válidas a la hora de diseñar políticas públicas, así como cualquier otra actuación derivada que, de manera directa o indirecta, pueda condicionar sus procesos de estabilización y recuperación. De manera coherente, el programa se diseña, implementa y evalúa con ellas, incorporando a algunas mujeres en los equipos de intervención.
Entre sus principales retos, se encuentra disminuir el prejuicio, así como el estigma y la discriminación que recae sobre estas mujeres, para influir en la toma de decisiones para el desarrollo, establecimiento o cambio de políticas, leyes y normativas.
Por ello, se plantea un abordaje desde la reducción de riesgos y daños, que integra la perspectiva de derechos humanos y transversalidad de género, libres de prejuicios, desarrollándose en 3 entornos.
De Moment, que contempla una amplia gama de opciones de autocuidado, creación de vínculos de confianza, intercambio de conocimientos, autodefensa, solidaridad y apoyo mutuo; L’OSADA, espacio relativo al entorno productivo, dirigido a dotar de oportunidades laborales y crecimiento profesional a mujeres que encuentran grandes dificultades para entrar en el mercado laboral, por carencia de experiencia y/o bajo nivel académico y LA COBERTA que contempla el entorno residencial y que pretende crear una alternativa de estabilidad que garantice intimidad, posibilidades de descanso y protección a estas mujeres, en situación de sinhogarismo o que han tenido que abandonar su propio domicilio.
Cabe señalar que entre los meses de junio a diciembre de 2017, 56 mujeres, de edades comprendidas entre los 18 y los 62 años, han acudido al servicio, participando en actividades educativas, formativas y de ocio; recibiendo atención médica y/o de trabajo social; y formando parte activa de diversas redes desde las que se articulan acciones comunitarias y reivindicativas, junto a otras asociaciones y colectivos de los diferentes ámbitos: barrial, nacional e internacional.
Desde el pasado mes de octubre, Metzineres cuenta con un local situado en el corazón del Raval, en Barcelona, abierto de lunes a viernes. Además, un domingo al mes cuenta con una parada en el mercado de segunda mano del barrio, que alterna con salidas culturales o la montaña. Actualmente, el piso situado en Trinitat Vella acoge a una mujer en proceso de desintoxicación y deshabituación al consumo de heroína y alcohol.
Por otra parte, una amplia red de colaboradoras aporta sus conocimientos y experiencias en diferentes ámbitos como el diseño, la alimentación, cosmética natural, arquitectura, peluquería, etc.
Algunos de los resultados esperados por parte del proyecto son ofrecer entornos seguros a mujeres que usan drogas sobreviviendo a violencias, que contribuyan a mejorar su calidad de vida y sus relaciones familiares, sociales y con la comunidad, de manera estable y sostenible. Además de impulsar la transversalidad de género en las políticas de drogas y planes de atención a las drogodependencias e introducir la reducción de daños en las redes de atención a las mujeres sobreviviendo a violencias.