Expertos de Deusto creen que ha llegado el momento de realizar campañas diferentes para chicos y chicas con el fin de prevenir que tomen drogas.

Un nuevo estudio del Instituto Deusto de Drogodependencias centrado en la población escolar vasca pone de manifiesto un descenso en el consumo de alcohol y un aumento significativo del cannabis. Estas son las dos principales conclusiones del informe ‘Drogas y Escuela VIII’, una investigación que, desde 1981, se realiza de manera periódica por encargo del Gobierno vasco para conocer la evolución del consumo.

Como en estudios anteriores, este último se ha realizado con escolares a partir de los doce años, es decir de la ESO, Bachillerato, FP y de los programas de cualificación profesional inicial (PCPI), diseñados para quienes no han logrado superar la Educación Secundaria. En el apartado referido al alcohol, los expertos han detectado un descenso «notorio» en las tasas de consumo, tras el máximo histórico alcanzado en 2006. Y es que el 26,2% de la población escolar estudiada asegura no haber bebido nunca, frente a un 21,2% que se declaró totalmente abstemio hace seis años. Aunque casi tres cuartas partes sí han probado el alcohol en alguna ocasión, la mitad de ellos no lo ha hecho en el mes previo a la encuesta.

Frente a estos datos que mejoran la panorámica ofrecida por informes anteriores, los expertos muestran su preocupación por el «aumento» de los bebedores de riesgo, ya que una quinta parte de la población encuestada -4.239 alumnos de 107 centros ubicados en 41 localidades- tiene un consumo abusivo. En este punto, el sociólogo Javier Elzo expresa su preocupación por el hecho de que chavales «entre 15 y 16 años beban cantidades similares a las de chicos de 18 años».

Idea errónea sobre el hachís

En general son los mismos jóvenes que consumen de forma habitual cannabis, la sustancia más utilizada por la población escolar en su conjunto tras el alcohol. De hecho, más de una tercera parte de los alumnos le ha dado al ‘canuto’ en alguna ocasión. A partir de los 16 años, el 30% lo consume con periodicidad mensual y, una vez alcanzada la mayoría de edad, es una droga habitual para tres cuartas partes de este colectivo. «La percepción que los jóvenes tienen del cannabis es que se trata de algo menos peligroso que un cigarro porque no ha habido buenas campañas contra su consumo, todo lo contrario de lo que ha ocurrido con el tabaco», comenta Elzo.

En este punto, la directora de Drogodependencias del Gobierno vasco, Celina Pereda, coincide en comentar la «imagen equivocada y muy perjudicial» que los adolescentes tienen del hachís, hasta el punto de llegar a considerar el cannabis «como una planta terapéutica». «Al igual que hemos trasmitido a los jóvenes lo dañino que es el tabaco, tenemos ahora que ser capaces de hacerles ver los perjuicios del cannabis y del alcohol».

Sobre el resto de drogas ilegales, el informe resalta que el 90% de los adolescentes nunca las ha tomado. Ahora bien, de ese 10% que sí las ha probado de forma experimental, la mitad «lo hace con cierta frecuencia». El ‘speed’ (anfetamina) es la de mayor prevalencia, seguida de la cocaína, el éxtasis y los alucinógenos. Al analizar los estupefacientes (a excepción del cannabis), el informe llama la atención sobre el hecho de que son los mayores de 16 años con fracaso escolar quienes las consumen de manera más o menos habitual.
A modo de conclusión, la directora del Instituto Deusto de Drogodependencias, María Teresa Laespada, señala que la situación del consumo de drogas en la población escolar vasca «es mejor» que hace unos años, pero es necesario no bajar la guardia en la prevención. La coordinadora de la investigación junto con Elzo llama la atención por el repunte de la heroína y del éxtasis. Asimismo, resalta la relación entre los consumos abusivos de alcohol y las sustancias ilegales con las conductas agresivas o incívicas de los adolescentes, un comportamiento que tiene mucho que ver con cómo son sus relaciones familiares.

Para el futuro, la experta propone empezar a realizar campañas de prevención diferenciadas en función del sexo. ¿El motivo? El comportamiento de la chicas a la hora de consumir cualquier droga no se diferencia mucho del de los chicos, pero las motivaciones son diferentes, así como sus consecuencias. Un ejemplo, una chavala se emborracha antes que un chaval por el simple hecho de que el metabolismo femenino metaboliza peor el alcohol.

Fuente: El Correo