Medicamentos para el resfriado o la gripe, analgésicos, ansiolíticos y sedantes. Ese es el cóctel de fármacos que ingieren, sin receta médica, un buen número de universitarios. Este abuso farmacológico parece ser mayor entre los consumidores de cannabis, según los datos de un estudio realizado con los datos de 1.400 estudiantes gallegos.

En los últimos años, diferentes estudios epidemiológicos han mostrado el patrón de consumo de medicamentos que tiene la población en general. Sin embargo, hasta la fecha no había investigaciones de este tipo entre la población universitaria, por este motivo investigadores del departamento de Medicina Preventiva de la Universidad de Santiago han realizado una encuesta entre estudiantes de 18 y 19 años.

«Se seleccionó una muestra de 1.400 estudiantes de primero de carrera que contestaron al cuestionario de forma voluntaria. A los dos años la cohorte fue reevaluada. Se garantizó en todo momento el anonimato», explica Francisco Caamaño, autor principal del estudio publicado en la revista Journal of Public Health. Además de los hábitos relacionados con los fármacos, también se preguntó el consumo de tabaco, alcohol y cannabis.

La encuesta revela que el 29% de los estudiantes consume tabaco, el 17% cannabis y un 54%, alcohol. Con relación a la ingesta de fármacos, se observa que un alto porcentaje de los universitarios se automedica, en torno al 33%.

Entre los medicamentos más consumidos sin receta médica se encuentran los destinados a tratar el catarro y la gripe, las medicinas contra el dolor y la fiebre, las vitaminas y minerales y los ansiolíticos y sedantes.

Otra forma de policonsumo

Aunque al inicio de la investigación se observó una mayor ingesta de fármacos entre los universitarios que consumían alcohol, cannabis y tabaco. Al final del seguimiento esa relación se mantuvo sólo entre los jóvenes que fumaban cannabis. «Estos datos sugieren que las características de los usuarios de cannabis podrían ser diferentes a las de los jóvenes que beben alcohol o tabaco«, señala el estudio.

«Hay mucha controversia sobre si el consumo de medicación debería considerarse una consecuencia del consumo de tabaco, alcohol y cannabis, aunque hoy en día la mayoría de autores están de acuerdo que el consumo de medicamentos es otra forma de policonsumo de drogas«, explican los autores. La estimulación del sistema cannabinoide parece desempeñar un papel clave en la adicción, que tiene una base común en el alcohol y el cannabis. Esa base apunta a que «el consumo de estas sustancias pueda tener efectos farmacológicos que aumenten la tendencia a utilizar otras drogas», señalan.

Por otro lado, el factor sociológico también parece influir en esa mayor automedicación entre los universitarios. Según muestra el estudio, los alumnos que viven fuera de casa durante la época universitaria tienen un consumo de fármacos un 35% superior a los que viven con sus padres. «Varios estudios han relacionado un aumento de ese autoconsumo entre los jóvenes como una mayor necesidad de autoafirmación y autonomía personal. Probablemente son las mismas razones que podrían explicar parte de esa mayor ingesta de fármacos entre los usuarios de tabaco, alcohol y cannabis. La mayor accesibilidad a los fármacos en los últimos años da lugar a esta automedicación».

Por último, otro dato a destacar es las diferencias observadas relación con el sexo. «Las mujeres al principio del estudio son las que más fármacos consumen -en torno a un 70% más-, excluidos los anticonceptivos. Este resultado se puede atribuir a los fármacos ligados al dolor menstrual«, concluye el estudio.

Fuente: El Mundo