Los adolescentes –menores de 17 años– que consumen cannabis a diario tienen un 60% menos de probabilidades de acabar el instituto o de conseguir una titulación universitaria comparados con los que nunca han fumado esta droga.
Es una de las conclusiones de un estudio publicado en la revista The Lancet Psychiatry que también analiza otras «secuelas psicosociales» del consumo habitual de cannabis: sus usuarios tienen siete veces más probabilidades de intentar suicidarse, 18 veces más de desarrollar dependencia al cannabis y ocho veces más de consumir otras drogas en la vida adulta.
El trabajo, de investigadores australianos y neozelandeses y financiado por el Gobierno australiano, es en realidad un metaanálisis que analiza varios estudios longitudinales (que siguen a los individuos durante años) con hasta 3.765 participantes. El objetivo era conocer mejor la relación entre la frecuencia del uso de cannabis (nunca, cada más de un mes, una vez al mes o más, semanalmente, a diario) en la adolescencia y siete resultados vinculados con el desarrollo hasta los 30 años de edad. Entre ellos, acabar el instituto, conseguir una titulación universitaria, dependencia del cannabis, uso de otras drogas ilícitas, intento de suicidio, depresión y dependencia de las prestaciones sociales.
Los investigadores encontraron asociaciones claras entre la frecuencia del consumo de cannabis durante la adolescencia y la mayoría de los resultados en la etapa adulta que investigaron, incluso después de controlar otros factores como la edad, el sexo, origen étnico, estatus socioeconómico, consumo de otras drogas y enfermedad mental. «Nuestros resultados proporcionan pruebas sólidas de que la prevención o el retraso en el consumo de cannabis puede tener grandes beneficios sociales y de salud», asegura el autor principal, Edmund Silins, del Centro Nacional de Investigación en Drogas y Alcohol de Australia.
El trabajo relaciona la frecuencia del consumo con el incremento del riesgo, de forma que los participantes que en la adolescencia consumieron a diario mostraron mayores consecuencias en la primera etapa adulta. En un comentario que también publica la revista, la profesora de Psiquiatría de la Universidad de Copenhague Merete Nordentoft asegura: «Los convincentes resultados de Silins y sus colegas son muy valiosos y muy pertinentes en un momento en el que varios estados americanos y países latinoamericanos y europeos están despenalizando o legalizando el cannabis y permitiendo la publicidad libre de diferentes presentaciones de esta droga. A estos cambios en la legislación seguramente seguirá un descenso de los precios, que a su vez llevará a que más adolescentes tengan dificultades para acabar sus estudios y su maduración social y personal, y aumentará el riesgo de psicosis».
El cannabis es la droga ilegal consumida por un porcentaje mayor de jóvenes en España. Según la última encuesta ESTUDES, sobre población escolar entre 14 y 18 años, el consumo diario es del 2,7% (3,8% en chicos y 1,5% en chicas). En 2012, último año del que hay datos del Ministerio de Sanidad, la tendencia decreciente que se observaba desde 2004 se frenó.
Fuente: El País