El consumo de sustancias como el alcohol, el tabaco y el cannabis ha aumentado entre las adolescentes en los últimos años y está provocando un incremento de los casos de patología dual entre las mujeres. Así lo han puesto de manifiesto los expertos reunidos con motivo de las VII Jornadas de Género ‘Mujer, adolescencia y patología dual’ que se han celebrado en Valencia, organizadas por la Sociedad Española de Patología Dual (SEPD) con la colaboración del Plan Nacional sobre Drogas.

Un grupo de expertos en el tratamiento de las personas con adicciones y problemas de salud mental, lo que se conoce como patología dual, ha reivindicado en Valencia que se preste mayor atención al tratamiento de estos problemas en la población adolescente. Los especialistas sostienen que en la práctica totalidad de los pacientes tratados por alguna adicción también se da un trastorno de salud mental.

Durante la presentación de las cuestiones abordadas en la jornada, consideraron «urgente, prioritaria y necesaria» la prevención entre estos ciudadanos. Ello, en opinión de los representantes de la SEPD pasa por adaptar los programas a los adolescentes, ya que «las Unidades de Conductas Adictivas (UCA) en su momento se crearon para atender a población adulta». Respecto a las UCA de la Comunitat Valenciana lamentaron que han sufrido «un recorte de los recursos». Insistieron mucho en estas cuestiones, hasta el punto de que el doctor Vicent Balanzá, coordinador de la jornada, aseguró que la «salud mental y las adicciones siguen siendo las cenicientas del sistema sanitario».

El presidente de la SEPD, el doctor Néstor Szerman, ha explicado que durante la adolescencia «se produce el inicio experimental de las sustancias, aumentan las tasas de uso y consumo y comienzan un amplio número de trastornos mentales». «Dado que el cerebro adolescente aún no ha alcanzado su completo desarrollo y que existe una compleja interacción de factores biológicos y ambientales, el joven presentará una mayor vulnerabilidad o predisposición para el inicio en el consumo de tabaco, alcohol, cannabis y otras sustancias de abuso», ha señalado.

Entre los factores que inciden en la vulnerabilidad de pasar del uso de sustancias a desarrollar un trastorno por abuso de sustancias durante la adolescencia, los expertos han detallado la presencia de antecedentes familiares de enfermedades psíquicas o adicciones –presente en más de la mitad de los casos–, la edad del primer consumo, la presencia previa trastornos de la conducta, determinados rasgos de la personalidad y la influencia del grupo.

No obstante, los expertos coinciden en señalar que en el caso de chicas adolescentes el riesgo aumenta debido a la interacción de factores biológicos y psicosociales. Tal y como ha señala el doctor Szerman, «las chicas adolescentes se encuentran en particular riesgo de desarrollar patología dual».

Un estudio realizado en la Unidad de Conductas Adictivas vinculada al Hospital Arnau de Vilanova de Valencia evidencia la diferencias entre sexos en los casos de patología dual en adolescentes. Así, se confirma que el cannabis es el principal desencadenante de los casos de patología dual, seguido por la cocaína, pero tal y como ha señalado la experta de la citada Unidad, la doctora Amparo Sánchez, «todas las chicas acudían a consulta por el cannabis, mientras que en los chicos el abuso de esta sustancia se combinaba con el consumo de cocaína esnifada o en crack».

FRACASO ESCOLAR

 

Según los especialistas, el consumo de cannabis, cocaína y drogas de diseño entre la población adolescente tiene un peso decisivo en el fracaso escolar y explica que entre el 25 y el 30 por ciento de ellos no terminen sus estudios, además de favorecer la aparición de enfermedades psiquiátricas en edades cada vez más tempranas.

En este sentido, han señalado que tras la aparición de trastornos de la conducta alimentaria subyace en más de la mitad de los casos un cuadro de déficit de atención. Los expertos indican que algunos comportamientos pueden dar pistas desde los cinco o seis años sobre futuros casos de patología dual, como rendimiento académico bajo, alteraciones en la conducta, impulsividad y enfrentamiento a padres y profesores o inatención.

Fuente: Europa Press y Las Provincias