El Programa “Talleres de Prevención de VIH/SIDA para adolescentes y jóvenes en centros educativos y espacios de ocio” de la Fundación Salud y Comunidad (FSC) realiza intervención educativa en adolescentes y jóvenes sobre promoción de la salud afectivo sexual. Estos talleres buscan favorecer un cambio y contribuir a que los jóvenes piensen en la sexualidad desde un enfoque más amplio incluyendo la perspectiva del género, la afectividad, el respeto hacia uno mismo y hacia el otro, los sentimientos, las emociones, la búsqueda del placer, el deseo y la salud sexual, entre otros.

La actividad, subvencionada por el Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña, se enmarca en el Programa Maleta Pedagógica del Ayuntamiento de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelona), a través del cual se trabaja la educación afectivo sexual desde la perspectiva de género, con alumnos de la ESO y Ciclos Formativos.

La sexualidad humana es una realidad que forma parte de nuestra vida personal y pública. Las fantasías, los deseos, los roles de género, la capacidad reproductiva… hacen de la sexualidad algo que va más allá de la biología y que abarca también la significación social y cultural. Entendemos la sexualidad como una construcción social y cultural, a partir de la cual se hace necesario atender factores como el género, la familia, la cultura, y la ética, ya que todos ellos juegan un papel relevante que se hace imprescindible descifrar.

Por otro lado, si bien hay que preservar el caso por caso, los jóvenes adolescentes presentan una tendencia a asociar la sexualidad con el coitocentrismo y la pareja heterosexual como un espacio idóneo para las relaciones sexuales (dentro del modelo del amor romántico), dejando de lado otros aspectos que hacen de ella una estructura y proceso de construcción más complejo.

En relación a la mujer adolescente, a partir de la dinámica en el aula también promovemos que cuenten con un espacio donde puedan reflexionar, cuestionar y repensar acerca de los roles prefigurados socialmente para ella: procreación, cuidados maternales, satisfacción de los deseos sexuales y requerimientos masculinos, la dificultad para negociar la utilización del preservativo, y los mitos erróneos alrededor del embarazo. El empoderamiento de la mujer en materia de sexualidad es clave, tanto en la prevención de enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados, como en la promoción de la autoconfianza, la seguridad y la asertividad en la relación con el otro.

También hemos detectado la falta de actitudes favorables en prevención sexual. Si nos fijamos en la cifra del último informe SIVES 2015 del Centro de Estudios Epidemiológicos sobre las enfermedades de transmisión sexual (ETS) y el Sida en Cataluña (CEEISCAT), el 9,5% de los nuevos diagnósticos de VIH corresponden al grupo de jóvenes entre 15 y 24 años.

Seguimos observando que los adolescentes cuentan con información errónea sobre las prácticas de riesgo de transmisión del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual cuando debaten sobre prevención. Por ello, el desarrollo de talleres de educación afectivosexual se hace imprescindible, tanto en el eje de la educación, como en el del empoderamiento de los jóvenes en materia de sexualidad. Es fundamental ofrecerles espacios donde puedan hablar abiertamente sobre sexualidad, sin que se sientan juzgados y donde puedan compartir con sus iguales reflexiones y puntos de vista diversos. Es apasionante ver cómo se manifiesta su apertura y naturalidad cuando se les brinda un espacio tranquilo, seguro, sin juicios de valores, donde se puedan expresar con libertad.


Silvina-MagnaniSilvina Magnani.
Psicóloga. Coordinadora del Programa de Adhesión Integral al Tratamiento y Talleres de educación afectivosexual.