Salud Mental

FSC incide en la necesidad de la prevención, el diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado en el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión

La depresión mayor es un trastorno mental del que todavía, cuesta hablar. Afecta a unos 300 millones de personas en todo el mundo, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Un 50% de las mismas no están diagnosticadas. Junto a los trastornos de ansiedad, es el problema de salud mental más prevalente. Recientemente, se ha celebrado el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión y hemos hablado con Gemma Maudes, subdirectora del Área de Adicciones, Género y Familia de la Fundación Salud y Comunidad (FSC), a propósito de los resultados de un estudio, publicado en la revista The Lancet Psychiatry.

Según destaca el Consejo General de la Psicología de España, de acuerdo a los resultados de este estudio, realizado a partir de datos de 29 países, liderado por investigadores/as de la Universidad de Queensland, en Australia, y la Escuela de Medicina de Harvard, en EE. UU., la mitad de las personas desarrollará un trastorno mental a lo largo de su vida. En esta investigación, se seleccionaron los datos de las encuestas realizadas por la Organización Mundial de la Salud de 2001 a 2022.

En el estudio, se afirma que la depresión y la ansiedad son los trastornos del ánimo más comunes en la población. También, que los problemas de salud mental más frecuentes en mujeres son la depresión, la fobia específica y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) y que, en el caso de los hombres, los problemas más frecuentes son la depresión, el abuso de alcohol y la fobia específica.

Tal y como se señala, sus resultados ofrecen un gran interés, de cara a la planificación de los servicios de salud mental. Según mantiene Gemma Maudes, subdirectora del Área de Adicciones, Género y Familia de la Fundación Salud y Comunidad, el estudio «incide especialmente en la necesidad de implementar programas de prevención y atención temprana en población adolescente, dada la edad media de inicio de los problemas de salud mental. También alerta sobre la alta prevalencia de los problemas de salud mental en la población».

En este sentido, apunta que en FSC, gracias a recursos como el Servicio de Atención Psicológica (SAP), situado en la ciudad de Barcelona, se ofrece atención psicológica y acompañamiento para estas personas, junto a sus familias, muchas veces olvidadas y que también necesitan de un apoyo psicológico.

Este enfoque, desarrollado en contextos no hospitalarios, permite una intervención accesible y personalizada, orientada a fomentar la recuperación y mejorar la calidad de vida del paciente y de sus familias. Asimismo, si observamos la comorbilidad entre los trastornos por uso de sustancias y la depresión, es muy frecuente en la práctica clínica.

Esta relación bidireccional implica que la presencia de uno de estos trastornos incrementa la probabilidad de desarrollar el otro. Por ejemplo, como señala Gemma Maudes, “personas que sufren de un trastorno por depresión, sea una depresión mayor o una depresión reactiva, pueden recurrir al consumo de sustancias como una forma de automedicación para disminuir o paliar sus síntomas y su sufrimiento, mientras que el uso prolongado de sustancias, puede inducir o exacerbar los estados depresivos. Y es ahí donde se va perpetuando este círculo vicioso”.

Asimismo, el Consejo General de la Psicología de España pone en evidencia la necesidad urgente en la dotación de recursos asistenciales para hacer frente a este desafío en la salud pública mundial. Por otra parte, incide en que «las diferencias por género y las distintas curvas de edad de inicio asociadas a diferentes tipos de trastornos mentales ofrecidas por esta investigación, pueden ser de utilidad a la hora de diseñar intervenciones en salud mental, más adaptadas a las necesidades de la población».

Desde el Área de Adicciones, Género y Familia de la Fundación Salud y Comunidad, sensibles a las necesidades para atender, adherir y acompañar a las mujeres en sus procesos, se considera imprescindible adoptar un enfoque multidisciplinario que considere las intersecciones entre género, salud mental, adicciones y violencia de género.

Gemma Maudes destaca la “necesidad de enfoques integrales en el tratamiento”. Añade que “las mujeres que presentan algún tipo de adicción, suelen ser un grupo especialmente vulnerable, no solo por el estigma asociado al consumo de sustancias, sino también por las cargas sociales y roles de género que pueden agravar su situación. Sin olvidarnos de que muchas mujeres que consumen sustancias también han experimentado violencia física, sexual o psicológica” y que “sin una atención que reconozca este factor, la medicalización puede tratar solo los síntomas, en este caso la depresión, sin abordar las causas subyacentes. Las mujeres presentan tasas más altas de hipermedicalización, como consecuencia de que ello supone una respuesta rápida a problemas emocionales relacionados con estrés, la sobrecarga laboral o el abuso. Esto provoca el reforzamiento de poder generar una dependencia farmacológica, en lugar de promover una recuperación integral”.

La subdirectora del Área de Adicciones, Género y Familia de FSC añade además que “la medicalización refuerza la idea de que estas mujeres tienen un problema exclusivamente individual, ignorando los determinantes sociales que las afectan. Por ello, es tan importante un acompañamiento psicológico adecuado y que los enfoques terapéuticos incorporen la perspectiva de género y que, en ellos, se consideren todos los factores socioculturales y familiares de la persona”.

De la misma manera, el estudio destaca el interés por invertir esfuerzos en determinar los factores que contribuyen al desarrollo de trastornos mentales en la población, así como en mejorar los programas de prevención.

Según incide la OMS, el Plan de Acción sobre Salud Mental 2013-2030 determina las etapas requeridas para ofrecer intervenciones adecuadas a las personas con trastornos mentales, en particular con depresión.

La depresión y la conducta autolesiva/el suicidio figuran entre las afecciones prioritarias abordadas en el Programa de Acción para Superar las Brechas en Salud Mental (mhGAP).

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